Laureles-Estadio 
                                barrios: Carlos E. Restrepo, Suramericana, 
                                  Naranjal, San Joaquín, Los Conquistadores, 
                                  U.P.B., Bolivariana, Laureles, Las Acacias, 
                                  La Castellana, Lorena, El Velódromo, 
                                  Estadio, Los Colores, Cuarta Brigada, 
                                  Unidad Deportiva Atanasio Girardot, Florida 
                                  Nueva.  
                                  
                                     Los 
                                      apartamentos de Otrabanda
                                      
                                       La 
                                        palabra Otrabanda no le debe decir mucho 
                                        a los grupos de jóvenes universitarios 
                                        que noche tras noche se reúnen 
                                        en las zonas verdes del Carlos E. Restrepo. 
                                        Pero era así, exactamente, como 
                                        se conocía comúnmente el 
                                        lugar hasta 1971, el año en que 
                                        se construyeron los apartamentos.
La 
                                        palabra Otrabanda no le debe decir mucho 
                                        a los grupos de jóvenes universitarios 
                                        que noche tras noche se reúnen 
                                        en las zonas verdes del Carlos E. Restrepo. 
                                        Pero era así, exactamente, como 
                                        se conocía comúnmente el 
                                        lugar hasta 1971, el año en que 
                                        se construyeron los apartamentos. 
                                Para 
                                  entonces, Otrabanda no gozaba de una muy 
                                  buena reputación que digamos. Tenía 
                                  fama de ser un lugar cenagoso en la parte 
                                  occidental de la ciudad, donde los zancudos 
                                  se reproducían a gusto. Las posibilidades 
                                  de vivir allí, conservando una 
                                  buena salud, eran muy pocas.
                                  
                                  Siguiendo 
                                    en la onda de solucionar el problema de 
                                    vivienda de tantos obreros sin casa en 
                                    Medellín, las autoridades y el 
                                    célebre Instituto de Crédito 
                                    Territorial decidieron darle uso a esas 
                                    impopulares mangas donde apenas funcionaba 
                                    solitaria la Biblioteca Pública 
                                    Piloto. Se construyeron allí bloques 
                                    de apartamentos, que era la última 
                                    moda en soluciones de vivienda. 
                                Una 
                                  vez terminados los 72 bloques de cuatro 
                                  pisos y ocho apartamentos por edificio, 
                                  las solicitudes para adjudicación 
                                  comenzaron a llover. No provenían 
                                  especialmente de obreros de fábricas, 
                                  que era lo que se esperaba, sino de prdeesores 
                                  universitarios, profesionales jóvenes 
                                  y artistas en su mayoría. Finalmente, 
                                  fueron ellos los que se quedaron con casi 
                                  todos los apartamentos, lo que le dio 
                                  con los años una identidad particular 
                                  de bohemia a este barrio. 
                                 Con 
                                  la ocupación, comenzó la 
                                  siembra de árboles proponiéndose 
                                  uno por cada habitante, hasta convertirlo 
                                  en la mancha verde dentro de una ciudad 
                                  gris que es hoy. Tuvieron que defenderlo 
                                  de la tentativa de algunos funcionarios 
                                  públicos que quisieron hacer en 
                                  el cerro el Volador -vecino del barrio 
                                  junto con el río- un gigantesco 
                                  relleno sanitario.
Con 
                                  la ocupación, comenzó la 
                                  siembra de árboles proponiéndose 
                                  uno por cada habitante, hasta convertirlo 
                                  en la mancha verde dentro de una ciudad 
                                  gris que es hoy. Tuvieron que defenderlo 
                                  de la tentativa de algunos funcionarios 
                                  públicos que quisieron hacer en 
                                  el cerro el Volador -vecino del barrio 
                                  junto con el río- un gigantesco 
                                  relleno sanitario.
                                El Carlos 
                                  E. es uno de los sitios más amables 
                                  de la ciudad y una importante plaza cívica, 
                                  aunque no tenga esa forma. En todo caso, 
                                  es un lugar público, de reunión, 
                                  increíblemente sosegado, donde 
                                  el mayor sobresalto puede ser la guitarra 
                                  de algún estudiante de la Universidad 
                                  Nacional punteada al caer la noche. 
                                Tal 
                                  vez sea por la conformación de 
                                  su vecindario con familias liberales, 
                                  tranquilas y ligadas al mundo de la universidad 
                                  o de la cultura, que esta urbanización 
                                  es un modelo de convivencia y de cohesión 
                                  que incluso jamás ha pensado aislarse 
                                  con un enmallado. Extraño en una 
                                  ciudad donde casi no se construyen habitaciones 
                                  que no estén dentro de los muros 
                                  de una unidad cerrada.