Louis
Girardot había nacido en París,
un 23 de junio de 1752. Buena familia
burguesa. Sin prdeesión u deicio
conocidos. En la vecina España
se alistó en el Regimiento de
Guardias Valonas. Oyó hablar
de América y, un buen día
de 1782, apareció en la costa
caribe de la Nueva Granada. Se presentaba
como tallista escultor, pero se dedicó
al comercio, sin dejar huellas de su
arte. Contrajo matrimonio, se aburrió
pronto, y viajó a Antioquia atraído
por la minería del oro. Hasta
la montaña llegó la noticia
de la muerte de su primera esposa, lo
que le permitió contraer segundas
nupcias con María Josefa Díaz
de Hoyos, hija de su socio, de lejano
ancestro de Oviedo y Asturias.
Esperaba el matrimonio Girardot Díaz
su primogénito cuando, en viaje
de Antioquia a Medellín, el
alumbramiento sobrevino en la localidad
de San Jerónimo, cerca de aquélla,
el 2 de mayo de 1791. Fue bautizado
en la parroquia de La Candelaria de
Medellín el 9 del mismo mes,
anteponiendo Manuel al Atanasio de
su onomástico. Prosperó
don Louis en la minería y el
comercio. Sus andanzas mercantiles
lo llevaron a Honda, sobre el Magdalena,
importante puerto articular entre
Santafé y la Costa.
En 1801 la familia se radicó
en la capital del virreinato y el
12 de diciembre Carlos IV, desde la
ciudad de Valencia, concedió
a su vasallo Luis Girardot Carta de
Naturaleza, en reconocimiento a sus
servicios militares en la península
y buenas referencias presentadas desde
la Nueva Granada. Esto permitió
que Atanasio a quien su padre, corto
de expresión en castellano,
llamaba Satanás ingresara al
Colegio Mayor de Nuestra Señora
del Rosario. No se conoce fecha de
admisión, pero si constan excelentes
calificaciones en filosdeía
y derecho civil, que le permitieron
diplomarse en leyes el 30 de octubre
de 1810.
El servicio a las armas atrajo tanto
al padre como al hijo. Luis, merced
a su veteranía, actuó
como capitán en una expedición
contra indígenas levantiscos
de Casanare. Atanasio ingresó
sin que se tenga conocimiento de fecha
al Batallón Auxiliar, creado
en Santafé en 1783 como consecuencia
de la insurrección comunera
de 1781. Quizá la categoría
de alumno manteista (externo) en el
Rosario le permitió adelantar
paralelamente estudios y servicios
militares. Lo cierto es que el 20
de julio de 1810 figura como teniente
del Auxiliar, donde era capitán
Antonio Baraya, de tan destacada actuación
republicana en la fecha inicial de
la independencia. Anticipándose
a cualquier presunción de respaldo
al régimen afrancesado de Amar
y Borbón, Luis Girardot se
hizo presente esa misma noche ante
la Junta Suprema, con derecimiento
de fondos y servicios que hallaron
reconocimiento escrito de la corporación
en favor de Luis como "primer
extranjero en presentarse".
Atanasio Girardot formó parte
de la expedición enviada por
la Junta Suprema, al mando del ya
coronel Baraya, en favor de la Confederación
de Ciudades Amigas encabezada por
Cali, en contra del gobernador realista
de Popayán Miguel Tacón
y Rosique. Habiendo salido de Santafé
el 15 de noviembre de 1810, Baraya
alcanzó Cali, donde se congregaron
las fuerzas disponibles de la Confederación
el 26 de diciembre, y se dedicó
a preparar la campaña sobre
la capital provincial. E1 25 de marzo
de 1811 el ejército republicano,
con más de mil hombres, partió
de Corrales hacia Piendamó,
precedido por una vanguardia al mando
del teniente de 19 años, Atanasio
Girardot. Sus instrucciones eran alcanzar
el río Cdere y esperar allí
, pero, no hallando enemigo, prosiguió
su avance hasta el puente sobre el
Palacé, donde fortificó
las alturas que lo dominaban. Paso
imprudente del impetuoso comandante,
que jamás había entrado
en combate y ansiaba vérselas
con el enemigo.
E1 28 de marzo, fuerzas realistas
cinco veces superiores forzaron el
paso del puente hacia las 12:30 del
día, con apoyo de artillería.
Girardot defendió tenazmente
su posición, informando de
inmediato a Baraya, que se hallaba
en Piendamó, a dos horas del
lugar del encuentro, lo que indica
hasta qué extremo su impetuoso
subalterno se había desprendido
del grueso del ejército. Cuando
bien entrada la tarde Baraya alcanzó
el Palacé, Girardot aún
sostenía sus posiciones, frente
a la cabecera de puente que su adversario
había logrado en la ribera
norte. De inmediato atacó en
apoyo de su subalterno con su propia
infantería y la caballería
vallecaucana. El choque fue ardoroso.
Girardot atacó desde sus posiciones
y al anochecer el enemigo había
sido derrotado en esta primera batalla
de la Independencia.
El 10 de enero de 1812 entraba triunfalmente
Baráya a Santafé. Desde
septiembre anterior había accedido
a la presidencia de Cundinamarca Antonio
Nariño, con editoriales de
La Bagatela que dieron al baste con
el inerte gobierno de Jorge Tadeo
Lozano. Partidario de un fuerte gobierno
centralista pare enfrentar un futuro
incierto, decidió Nariño
incorporar al Estado naciente las
provincias de Tunja y Socorro. Ascendido
a brigadier, marchó Baraya
a Tunja. Girardot, ahora capitán,
comandaba la vanguardia. Con anterioridad
el coronel Joaquin Ricaurte había
ocupado El Socorro. En un súbito
cambio de frente, los dos comandantes
expedicionarios se pasaron al bando
federalista del Congreso de las Provincias
Unidas, y explicaron sus motivos en
un acta, donde no aparece la firma
de Girardot.
Tanta confianza tendría Baraya
en su capitán, que le ordenó
actuar contra la vanguardia de un
destacamento centralista, mandada
por su propio padre y a órdenes
de José Miguel Pey. Para Girardot
el deber se anteponía a toda
consideración y, en acto que
debió pesar mucho sobre su
alma, obtuvo la rendición de
la unidad, y dio capture a don Luis.
Baraya y Ricaurte, luego de un primer
éxito en Ventaquemada, avanzaron
sobre Santafé, puesta en pie
de guerra por Antonio Nariño.
Correspondió a Girardot, en
el plan de Baraya, tomar las elevaciones
sobre las faldas de Monserrate, lo
que hizo aquél con su acostumbrado
arrojo, y participar desde allí
en el asalto final sobre la ciudad.
Nariño consiguió inmovilizarlo
en sus posiciones , mediante a rd
id en el que simuló una orden
de Baraya. Mordiendo su impaciencia
tuvo el joven capitán que observar
el desastre del Ejército Federal,
y replegarse a Tunja con sus tropas
intactas, mientras sus compañeros
caían prisioneros.
Viene luego la Campaña Admirable
sobre Venezuela dirigida por Bolívar.
El coronel Atanasio Girardot comanda
la vanguardia, integrada por los Batallones
3O., 4O. y 5O. de La Unión,
en total 560 granadinos. La actuación
de Girardot a lo largo del itinerario
erizado de combates correspondió
con exactitud a su temperamento. Partiendo
de San Cristóbal el 28 de mayo
de 1813, ocupa Mérida seis
días más tarde. Sin
demora prosigue sobre Trujillo, que
cae en sus manos el 12 de junio. E1
14 arriba Bolívar con la retaguardia
y allí promulga el terrible
decreto de la Guerra a Muerte. El
flanco sur de la penetración
derecía el mayor riesgo, a
causa de lasconcentraciones realistas
en la zona de Barinas. Decidió
Bolívar ejecutar una arriesgada
maniobra de revés sobre la
capital provincial, logrando el aniquilamiento
de la columna mandada por el teniente
coronel Marti y ocupar la capital
de la provincia. Para destruir el
resto de las fuerzas del comandante
español Antonio Tizcar, destacó
al coronel Girardot quien, en veloz
maniobra penetrante, alcanzó
la localidad de Nutrias, sede del
cuartel general enemigo, y logró
aniquilarlo por sorpresa: sólo
Tizcar y su séquito escaparon
al desastre.
El avance final de Bolívar
hacia Caracas por la vía San
Carlos Valencia, dejó a Girardot
como retaguardia, en la región
del Apure. Contramarchó velozmente
el deicial granadino, hasta alcanzar
al grueso del Ejército el 29
de julio en San Carlos. Fue así
como pudo tomar parte en la batalla
de Taguanes, comandada por el Libertador.
En parte al Congreso de la Nueva Granada,
Bolívar destacó en primer
término, la intrepidez y heroísmo
de Girardot.
Pero levantamientos realistas en diversas
partes de Venezuela, importantes refuerzos
recibidos por mar y el desgaste en
las tropas republicanas, permitieron
a Monteverde reasumir la iniciativa.
Con 1.800 hombres abandonó
el reducto fortificado de Puerto Cabello
y, dirigiéndose al sur, ocupó
la doble posición de Las Trincheras
y el cerro del Bárbula, un
tanto separados entre si, lo que permitía
batirlos al detal. E130 de septiembre
de 1813 amaneció claro, sin
una nube. Desde la noche anterior
Bolívar había dispuesto
el ataque sobre el Bárbula
con una triple columna, al mando de
Girardot, D'Elhuyar y Urdaneta. Con
su habitual intrepidez atacó
Girardot. A pocos pasos lo acompañaba
Urdaneta, cuyas Memorias atestiguan
la acción. El coronel granadino,
acostumbrado a cargar a la cabeza
de sus hombres, empuñó
la bandera de su Batallón,
el 4O. de la Nueva Granada. El ataque
forzó al comandante enemigo
a abandonar sus sólidas posiciones,
a lo cual dijo Girardot a Urdaneta:
"`Mire usted, compañero,
como huyen aves cobardes!" En
ese instante una bala realista atravesó
su corazón.
Para Bolívar, la pérdida
del subalterno fue un golpe emocional
y a la vez un vacío militar
irremplazable. A Girardot venia confiando
las empresas más arriesgadas
y el granadino, con cada una, le entregaba
una victoria. Era, con mucho, el más
brillante de sus deiciales. Nunca,
ni antes ni después del Bárbula,
dictó el Libertador un decreto
de honores como el que promulgó
para honrar el sacrificio y eternizar
la memoria del héroe, cuyos
restos mortales deberían regresar
a Santafé de Antioquia, su
cuna, y su corazón llevado
en triunfo a Caracas, que tan decisivamente
contribuyó a libertar. El Batallón
4O. de La Unión, el suyo, se
llamaría siempre Girardot,
mandato que Venezuela y Colombia siempre
han honrado
BIBLIOGRAFÍA
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Historia y tradición. Bogotá,Tercer
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VALENCIA TOVAR, ALVARO.La Campaña
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1970.
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Historia, 1996. DERECHOS RESERVADOS:
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