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EL CHOCOLATE EN COLOMBIA

A comienzos del siglo XIX, surgieron los primeros intentos para cultivar sistemáticamente el cacao en Colombia.

En Antioquia los primeros esfuerzos fructíferos por cultivar el cacao se hicieron en los alrededores de Santa Fe de Antioquia. Pero lo impropio del terreno junto con la maligna peste de la "escoba de bruja", arruinaron a muchas familias que habían llegado a disfrutar de una buena posición gracias al cacao.

Para estos años el consumo de chocolate no se había generalizado y el agua de panela era una de las bebidas más acostumbradas. En 1886 Tulio Ospina publicó un Manual del cultivo del cacao con el ánimo de promover su siembra y beneficio.
Según cálculos del ingeniero Francisco Javier Cisneros, en esa época, más del 85% del cacao consumido en Antioquia provenía de la provincia del Cauca.

A finales del siglo XIX, Colombia producía unas 6.000 toneladas de cacao. A pesar de los distintos problemas que enfrentaron los agricultores, el chocolate como bebida se integró poco a poco a la vida diaria y creó toda una cultura a su alrededor.

Las crónicas de viajeros y los cuadros de costumbres de los literatos de la época, dejaron testimonios del gusto por la bebida, sus formas de preparación y los momentos de consumo. Entre los escritos más famosos que aluden al tema, puede citarse "Las tres tazas" de José María Vergara y Vergara, donde se narra detalladamente, la elegante velada que la Marquesa de San Jorge ofreció a don Antonio Nariño la noche del 13 de marzo de 1813. Allí se sirvió una histórica taza de chocolate en elegante y bien dispuesta mesa:

"Se había mezclado a la masa del cacao canela aromática, y se había humedecido en vino. Enseguida cada pastilla había sido envuelta en papel, para entrar en el arcón [...] Para hacer el chocolate no se había olvidado tampoco las prescripciones de los sabios. El agua había hervido una vez cuando se le echa la pastilla; y después de esto se le dejaba hervir otras dos, dejando que la pastilla se desbaratara suavemente. El molinillo no servía para desbaratar la respetable pastilla a porrazos, como lo hacen hoy innobles cocineras; no, en aquella edad de oro el molinillo no servía sino para batir el chocolate después de un tercer hervor, y combinando científicamente sus generosas partículas, hacerle producir esa espuma que hacía visos de oro y azul, que ya no se ven sino en las casas de una que otra familia que se estima".

Por entonces, el chocolate estaba reservado a los más acomodados. Era raro encontrarlo en la ración alimenticia de un peón, y en Antioquia era muy acostumbrado mezclarlo con harina de maíz.

Para la segunda mitad del siglo XIX se hicieron algunos intentos rudimentarios para industrializar la producción del chocolate, aunque con poca fortuna. La noticia más lejana que se tiene en Antioquia, data de 1864, cuando el Estado Soberano le otorgó al ciudadano español Antonio Martínez de la Cuadra, un privilegio exclusivo para instalar una máquina de vapor que permitía moler 400 libras de cacao al día. En la década de 1870 surgieron otros pioneros como Pedro Herrán, Timoteo Bravo, Félix Gaitán y Agustín Freidel, quienes ofrecían cacao elaborado a los hogares de mineros y agricultores, y lograron reemplazar en parte el chocolate molido en piedra por el chocolate "de pasta".

El chocolateFruto de cacao:
Histoire Naturelle, G.L. Leclerc, conde de Buffon, siglo XVIII. Grabado iluminado a color.

Enrique Cardona Mejía fue uno de los más importantes y persistentes impulsores de la industrialización del chocolate en Antioquia y el Viejo Caldas. En sus comienzos fue socio industrial y técnico del acaudalado comerciante Carlos Coriolano Amador, quien estableció un molino de harina y cacao, en el que trabajó Cardona, quien posteriormente se independizó y fundó diversas fábricas de chocolate en los pueblos de Antioquia y Caldas, y sus hijos continuaron la tradición familiar.

En 1877, nació la Compañía de Chocolate Chávez en Santa Fé de Bogotá y en 1890 se abría Chocolates La Equitativa. Para 1904 Chocolate Chávez, en un hecho sin precedentes, abrió una sucursal en Medellín y en 1905 se fusionó con Chocolates La Equitativa; hechos que revelan la buena aceptación de su chocolate en esa época.

Entre tanto, en Antioquia se estableció la Fundición Estrella, localizada en Robledo, donde se produjeron los primeros molinos y tostadores para cacao, así como despulpadoras para café y otra maquinaria que facilitaron los primeros intentos de industrialización local.

Representación de un indígena con los utensilios para preparar chocolate; en el recuadro inferior aparece un grano de vainilla al lado de la mazorca de cacao (grabado en cobre, 1685)

Los recetarios de cocina publicados a principios del siglo XX en Antioquia, son el reflejo de la adopción del chocolate en la dieta familiar. Obras como el Manual Práctico de Cocina para la ciudad y el campo, de 1908 publicado por Elisa Hernández, o la Colección de Recetas de Cocina, escrita por Maraya Vélez en 1915, contienen variadas y apetitosas fórmulas para preparar diversos platos para acompañar la bebida, así como recetas novedosas en las que el ingrediente principal era el chocolate.

Para 1918 el chocolate ya había ganado popularidad entre la población de Antioquia y Medellín, al punto que la canasta de alimentos que diseñó el ingeniero Alejandro López con el fin de medir la inflación, estableció que una familia típica de diez personas en Medellín, consumía al mes dos libras de chocolate.

EL CHOCOLATE EN COLOMBIA
LA HISTORIA DEL CHOCOLATE
El chocolate, bebida sin fronteras en el siglo XIX

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