El
arriero más rico del país
DON PEPE SIERRA,
prototipo del empresario antioqueño
Luis Fernando Molina Londoño
Revista Credencial Historial (Bogotá-
Colombia).
Tomo II. Enero-diciembre, 1991. No.13-24
Arriero.
Grabado de «Historia naturalis
palmarum»,
de Carl F. Ph. von Martins, Leipzig,
1850. |
José
María Sierra Sierra, más
conocido como don Pepe Sierra, "El
Becerro de oro" o "El Campesino
Millonario'' es junto con Marco A.Restrepo
"E1 Rey de la Leña",
Carlos Coriolano Amador "El Burro
de oro", y Gonzalo Mejía "El
Fabricante de Sueños', miembro
del selecto grupo de personajes que ha
dado vida al mítico prototipo del
empresario antioqueño, pragmático,
hábil e ingenioso para traer dinero.
Caso único en la historia de Colombia,
se diceque llegó a ser más
solvente que todo el gobierno de su época.
La manera sencilla como un campesino de
origen humilde acumuló y administró
una de las mayores fortunas del siglo
XIX y principios del XX, lo ha convertido
en un personaje de leyenda.
Don
Pepe Sierra nació en 1848 en Girardota,
bella población situada al norte
de Medellín, famosa por sus trapiches,
el aguardiente de contrabando, los gallos
de pelea y el santuario del Señor
Caído. A la endogamia entre los
Sierra se atribuyeron los desequilibrios
mentales en varios miembros de la familia.
La educación de don Pepe no sobrepasó
el silabario, la suma y la resta. Pero
eso no importó. Ya anciano y rico,
contestó a quien pretendió
enseñarle la ortografía
de la palabra "hacienda": "Mire,
joven, yo tengo setenta haciendas sin
h, ¿y usted, cuántas tiene
con h?".
Según su nieto y biógrafo
Bernardo Jaramillo Sierra (Medellín:Bedout,
1947), inició la acumulación
de fortuna en la juventud,trabajando duro
en el campo en la cría de ganado,
siembra de caña y fabricación
de panela la consolido en la madurez con
el remate de las rentas y finalmente la
invirtió en bienes raíces.
La expansión de su Patrimonio se
dio en el siguiente orden: Valle de Aburrá,
Calle Real (Carrera
7a.), Sabana de Bogotá y Valle
del Cauca. Don Pepe siempre tuvo claro
que con una economía inflacionaria
como la colombiana, lo único que
engordaba eran los lotes de terreno y
el ganado que pastaba en ellos.
A los catorce años tuvo su primera
parcela. La araba de día y en las
noches de luna. Sábados y domingos
era arriero subía panela a San
Pedro, porque en tierra fría la
pagaban mejor, y bajaba papa a Girardota
y Copacabana. La yunta fue su único
juguete los gallos de pelea y los bueyes
se convirtieron en su símbolo del
lucro."Hasta ya viejos los bueyes
dan plata engordándolos",repetía.
A los veinte años contrajo matrimonio
con Zoraida Cadavid y a los veintiocho
tenia en su haber varios hijos naturales
y cuatro legítimos, muchas haciendas
que se extendían entre Itagüiy
Barbosa, y el control de los precios de
la panela y de la vara de sierra en el
Valle del Aburrá.
En 1886 pasó a residir en Medellín.
Allí fundó varías
sociedades como "La Cuarta Compañía",dedicada
a la cría de ganado y a la siembra
de extensos cañaduzales para abastecer
de melaza a sus fábricas de aguardiente,
va prósperas en todo el departamento.
La sobreproducción de los alambiques
se evacuaba a través de la organización
de intempestivas fiestas en los pueblos,
concertadas con los curas y los alcaldes,
quienes prestaban santo para procesión
y plaza para la corrida de toros, a cambio
de participación en las ganancias.
El eficiente manejo que hizo de esta compañía
le dio renombre a don Pepe en Antioquia
como negociante creativo y
habilidoso.
El primer viaje a Bogotá lo realizó
en 1888. Fue el principio de una residencia
de 26 años en la capital, donde
se inició como apostador y gallero
en los bajos fondos de San Victorino y
terminó en la Calle Real, en medio
de los bancos y de los opulentos. Casó
a su hija Clara con un hijo del ex presidente
Rafael Reyes, pisó con frecuencia
las alfombras del Palacio de San Carlos
y llegó a ser el mayor propietario
de sierras y ganado de la Sabana. Rápidamente
desapareció la timidez del campesino,
convencido de ser el único capaz
de sacar de apuros a los paupérrimos
gobiernos de su época. Los presidentes
Rafael Núñez, Miguel Antonio
Caro, Carlos y Jorge Holguin, José
Manuel Marroquin, Rafael Reyes, Ramón
González Valencia y Carlos E. Restrepo
estuvieron en su lista de clientes. Don
Pepe nunca participó abiertamente
en la política partidista, pero
en la primera página de su libreta
de cuentas y apuntes estampó el
lema del régimen nuñista:
"Regeneración o catástrdee".
Inició la conquista de Bogotá
con el remate de la renta de degüello
de ganado y el cuero de Cundinamarca,
pero luego se sintió casi con derechos
perpetuos sobre las rentas, lo cual le
granjeó enemigos y problemas. Don
Pepe aprovechó la coyuntura económica
de su época, caracterizada por
la permanente crisis que al fisco nacional
produjeron las rebeliones internas. Durante
la Regeneración, luegode la guerra
civil de 1885, el problema tocó
fondo. Rafael Núñez intentó
solventar las finanzas públicas
a través de la reactivación
del remate y monopolios estatales, de
abundante emisión de papel moneda
de curso forzoso y de la colocación
de bonos y libranzas en el mercado. Los
remates eran el medio para procurarse
anticipos de individuos particulares.
Estos generalmente eran muy solventes,
dado que se les exigían garantías
económicas (hipotecas, fianzas,
depósitos monetarios anticipados)
a cambio del privilegio de gozar de las
seguras utilidades producidas por tales
monopolios. Vertiginosamente él
se convirtió en el más fuerte
rematador y prestamista a nivel nacional,
con base en un simple sistema administrativo
de negocios, pero con una intrincada red
de agentes diseminada por todo el pais,
encargadosde negociar con especuladores
particulares y gobiernos locales la adjudicación
de las apetecidas, jugosas y hasta insólitas
rentas, como aquella del monopolio del
hielo en Panamá, establecida en
el gobierno de Reyes.
Extendió el negocio del aguardiente
al Valle del Cauca junto con Apolinar,
uno de sus hermanos esquizderénicos.
En la hacienda San José de Palmira
y en otras de Cali y Yumbo, creó
unode los imperios agroindustriales de
la región, comparable sólo
con los de la familia Eder. Las siembras
tecnificadas de caña y la maquinaria
francesa "Egrot" produjeron
por muchos años el mejor licor
del pais. También en el Cauca remató
la hacienda Salento y otros bienes del
ciudadano italiano Ernesto Cerruti, puestos
en subasta por el gobierno de Popayán
(ello dio origen al célebre conflicto
Cerruti durante las décadas de
1880 -90, que trajo como consecuencia
un escándalo internacional, el
bloqueo de la costa norte colombiana por
parte de la armada de Italia y una fuerte
multa para resarcir los perjuicios a ese
empresario extranjero).
Parece que su parecido fisco con Bismarck
era asombroso. Sin embargo,a causa de
un accidente de coche cerca a San Victorino,
quedó descaderado de por vida y
ligeramente desfigurado. Gustaba de los
paseos a caballo por Medellín y
los potreros de las fincas, y en carroza
por la capital. Las contrariedades diarias
de la administración de los negocios,
junto con los cotidianos problemas de
la casa, acentuaban su acostumbrado mal
humor. Desde su juventud fue un apostador
empedernido en las galleras de Girardota,
Itagüi, Medellín y Bogotá.
Se enojaba con los hijos, no porque jugaban
mucho sino porque siempre perdían.
El hombre más rico de Colombia
vivía de manera franciscana: nada
de lujos ni cosas superfluas su fama de
mujeriego iba acompañada por la
de egoísta y tacaño consideraba
el ahorro como el valor fundamental. Cuando
arribó a las altas esferas bogotanas,
no aumentó en lo más mínimo
los gastos de representación social
de su familia. Las residencias en Medellín
y Bogotá, hoy desaparecidas, eran
amplias
y austeras, más dispuestas para
tratar negocios que para ostentar. Su
despacho constaba de sólida mesa
de varios puestos, cómodo sdeá
para la siesta y desvencijada máquina
de escribir. Esa era la escenografía
donde don Pepe, apoyado en sus altas dotes
histriónicas, representaba al desesperado
e incauto auditorio de vendedores de inmuebles,
magistrales libretos escritos por él
mismo en los papeles de cuentas. Tratándose
de negocios, era implacable su rigidez
y fingido desinterés no tenían
consideración: el cliente era un
enemigo que, en la farsa, siempre llevaba
la peor parte.
Don Pepe fue empresario financista de
la última etapa de los ferrocarriles
en Colombia. A él se debió
la terminación del Ferrocarril
de Amagá y parte del Ferrocarril
del Pacifico. Fue fundador del Banco de
Sucre, del Banco Central y de la Compañía
del Hielo en Panamá. Pero en todos
fracasó: así comprobó
su principio de que sólo la propiedad
raíz era la única y verdadera
generadora de riqueza segura.
Al final de sus días, fue atacado
por crisis nerviosas y fuerte arteriosclerosis,
acompañadas de crónico desinteréspor
los negocios. La familia empeoró
la situación: gastaba a manos llenas
en Europa, sin prestar atención
a la administración de las fincas,
en muchas de las cuales se construyeron
lujosos palacetes, como el del Chicó,
al norte de Bogotá, convertido
hoy en museo.
En la biografía sobre su abuelo,
Bernardo Jaramillo anotó que las
negociaciones de Pepe Sierra serian vistas
hoy como irregulares pero fue el débil
sistema económico colombiano lo
que dejó al Estado en manos de
prestamistas como única forma de
garantizar su funcionamiento. Entonces
no existían medios como el control
de cambios, ni un emisor sistemático
y acreditado, y si graves problemas como
una tasa de cambio entre el diez mil y
el quincemil por ciento y fuerte inestabilidad
política. La comercialización
anticipada de los ingresos fiscales del
Estado se mantuvo a disposición
del mejor postor.
Pepe Sierra murió en 1921 en su
casa de la plazuela de San Ignacio de
Medellín y la fortuna que creó,
a pesar de las múltiples subdivisiones,
sigue siendo sólida. Su nombre
es recordado por uno de los más
ricos y jocosos anecdotarios populares,
y su vida y obra son temas de trabajo
de los especialistas, como que resulta
básico para comprender muchos aspectos
de la historia social y empresarial del
país.
Banco de la Republica